Los sistemas de política en México se han regido por una diversa cadena de estrategias que siempre buscan alcanzar beneficios, una de ellas es el famoso transfuguismo. En nuestro país, es común que nuestros servidores públicos decidan cambiar de un partido a otro, por diferentes razones e intereses. Eruviel Ávila, es el claro ejemplo de este fenómeno, ya que pasó de pertenecer al Partido Revolucionario Institucional (PRI) a ser miembro del Partido Verde.
Pero, ¿cuál fue el principal motivo que llevó al ex gobernador del Estado de México a brincar del PRI al Verde? Buscar protección ante el terror que le ha generado tener que enfrentarse a la justicia y pagar por todos los actos de corrupción que realizó durante su mandato, pues él junto con ex funcionarios, ya poseen varias denuncias penales por malversación de fondos ante la Fiscalía del Estado de México.
De igual forma, el ex gobernador se enfrenta a las acusaciones que lo involucran en el fraude que dejó fuera de los comicios del 2017 a la maestra Delfina Gómez. Sin duda, el Partido Verde ha sido una gran oportunidad para que este individuo continúe su carrera con indiferencia y sin importarle las repercusiones que podría generar al mandato del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador. Eruviel Ávila es consciente que todo nuevo comienzo tiene posibles riesgos que lo podrían llevar al fracaso, por lo que actúa con cautela antes de acabar con su andadura política y termine compareciendo ante un juez.
Por este tipo de sucesos, se pone en juego la representación democrática de México, pues no existe algún tipo de regulación que garantice la transparencia por parte de los funcionarios que quieran transitar a otras alianzas políticas, esto con el propósito de evitar conflictos de interés. Por lo que, es fundamental considerar la urgente implementación de procesos de control que hagan válidas estas prácticas y que contribuyan con el buen funcionamiento de nuestras instituciones gubernamentales.